sábado, 17 de diciembre de 2011

AGUSTÍN IBARROLA

     Ibarrola nace en Bizkaia en 1930. Sus primeros pasos artísticos fueron autodidactas, aunque ya en 1948 consigue una beca en Madrid para continuar sus estudios, dando sus primeros pasos hacia el cubísmo juanto a Jorge Oteiza en el constructivísmo, rompiéndo con el arte tradicional. Arte en el que se planteaba algo menos puro y más social, un trabajo en equipode varios artístas y diferentes artes.





     Para Ibarrola, este arte social es muralísta por excelencia. Es una expresió del llamado "land art", que es una corriente creativa que surge en los 70 y tiene como finalidad tranladar el trabajo artístico a la naturaleza, utlizando el paisaje como marco, soporte y materia prima para el artísta.

     Este arte es un arte al público con materiales robustos que guardan ralación todos ellos y están a la intemperie.

     Todo ello queda reflejado en esta obra que comenzó a pintar en el interior de un bosque en 1982, las figuras representan la situación social de la epoca.
     Las figuras se crean y se componen a mediada que caminamos, obsevando un conjunto de arboles para comprender la obra. Y además la percepción de la obra varía según el punto de vista del observador donde le hace el protagonísta de la obra.



Invitación al beso



    El bosque nos da la bienvenida con un beso, la muestra más sencilla y pura de afecto. Cuando nos desplazamos vemos como los totems del bosque se besan y nos invitan al beso. Las imágenes aparecen y desaparecen.



Rombo rectilíneo.

    En el bosque existen diversas series de obras en las que el artista juega con las curvas y contracurvas, formando elementos cóncavos y convexos que dan lugar a figuras tan interesantes como el rombo, el fuego rupestre…





Arco Iris de Naiel.








    Esta es una de las obras de mayor atracción por su colorido y composición, este Arco Iris lleva el nombre de uno de sus nietos: "Mi madre me contaba que me llevaba en su vientre al monte, en la época en la que aitona comenzó a pintar el bosque" nos dice Naiel Ibarrola



Ojos del pasado y del presente.


   Este es el punto en el que se reúnen el pasado y el presente del bosque. Antes, se podía observar desde aquí la zona baja del monte Ereñozar, donde se encuentra la entrada de la cueva de Santimamiñe. Ibarrola quiso representar los ojos de aquellas primeras personas artistas dentro del bosque.



Homenaje al Greco.


   Oteiza, Picasso, Málevich, El Greco... son algunos de los artistas que antes o después influyeron en la obra de Ibarrola. Que han recibido un pequeño homenaje, donde encontramos referencias al “minimal art”, al impresionismo, al cubismo...
   Curiosamente la última obra que Ibarrola pintó en el bosque, recuerda las pinceladas con las que El Greco captaba la luz en sus pinturas en el siglo XVI.


                                                                   Fuego rupestre.


    El fuego rupestre de nuestros antepasados quedó plasmado en las paredes de las cuevas e Ibarrola se encargó de traerlo al bosque.





                                                                           El círculo.


      Sobre este escenario vivo las figuras recobran vida y lo que parece un simple CIRCULO se convierte de pronto en un HUECO.



                                       Línea bidimensional destruyendo la ley de la perspectiva.


       Pintar una raya blanca, un círculo, unas curvas o un trazado en un lienzo es algo muy sencillo. Sin embargo, cuando el artista pretende plasmar una línea bidimensional sobre un espacio tridimensional las cosas se complican. Hay que invertir la perspectiva renacentista, plasmando los elementos de mayor tamaño al fondo y los menores al frente, para poderlos ver en un mismo plano. Así comenzó a bullir el arte en el bosque, con una primera obra que iba más allá que una simple RAYA BLANCA.


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